POTE ASTURIANO DE BERZAS:Un rival digno de los cocidos asturianos



Todos los que habéis probado el pote asturiano sabéis que es un plato de cuchara delicioso, de sabor más delicado que el de la fabada, aunque muy parecido al de esta, si bien está suavizado con la presencia de patatas y berza, como ocurre en su primo hermano cantabro, el cocido montañes.


Tanto si nunca lo habéis probado como si ahora os animáis a hacerlo, la receta de hoy es ideal para que, cucharada a cucharada, hagáis un viaje virtual al Principado, disfrutando con los sabores y texturas que tiene este potaje.

Ingredientes:

Para 6 personasFabas asturianas400 g
Chorizo asturiano2
Berza un manojo de 150 g aproximadamente de hojas
Patata150 g
Morcilla asturiana1
Lacón o panceta curada200 g
Agua para cubrir y un poco más
Cómo hacer pote asturiano tradicional
Dificultad: MediaTiempo total3 h 15 m
Elaboración15 m
Cocción3 h


Dejamos las fabas o alubias en remojo durante toda la noche. Al día siguiente, las escurrimos, las lavamos con agua fresca y las ponemos en la olla, cubriéndolas con agua nueva. Ponemos la olla al fuego y las dejamos cocer a fuego lento, al mínimo. Cuando lleven una hora cociendo, incorporamos el chorizo y el lacón o panceta, dejando que se cocinen durante otra hora y media.

Mientras, preparamos las berzas, quitando el tallo y cortándolas en trozos. En una olla distinta a la de las fabas, las ponemos a cocer con la morcilla. Cuando lleven un cuarto de hora, las escurrimos y las pasamos a la olla donde tenemos las fabas y el compango para que puedan terminar de cocinarse juntas. Reservamos la morcilla hasta el final de la elaboración.

Cuando las legumbres estén casi en su punto, pelamos las patatas y las cortamos desgarrándolas un poco o escachándolas, añadiéndolas a las fabas y cubriendo con un poco más de agua o del caldo de cocer las berzas para que puedan cocerse permaneciendo cubiertas durante unos 30 minutos. Cocinamos todo junto hasta que las patatas estén al gusto y probamos y rectificamos de sal. Sacamos y troceamos el chorizo y la panceta o lacón, junto a la morcilla que teníamos reservada y reincorporamos todo a la olla.

Este plato de cuchara, como casi todos los guisos y potajes de legumbres, agradece el reposo para que se asienten bien los sabores. Lo ideal es comerlo de un día para otro, por lo que es bueno cocinarlo la víspera del día que lo quieras comer.

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